“Hay duelos que nos traspasan, con los que no podemos solos y está bueno poder decirlo”

“Hay duelos que nos traspasan, con los que no podemos solos y está bueno poder decirlo”

Zazu Izarra coordina la Pastoral del Dolor “Resurrección” de Coronel Pringles y relató, en el aire de La Nueva Radio Suárez, a qué objetivos apunta este espacio, que busca también conformarse en nuestra ciudad.

En principio, refirió a la reunión sostenida el pasado lunes en Suárez, cuyo objetivo fue orientar, asistir y conversar con quienes estén interesados en concurrir a encuentros de la Pastoral: “Los grupos son para personas que están en etapa de duelo, sufriendo por la muerte de un ser querido” explicó, agregando que no es excluyente, sino que es para todas las personas que están transitando la muerte: “Es para quienes necesitan un acompañamiento y lo que tiene de lindo el grupo es que puede compartir el dolor y el duelo. Sucede que uno siente que nadie lo puede comprender y si bien, al principio, es difícil porque no se encuentran las palabras, tenemos material para leer y compartir. Venimos a ayudarnos, a escucharnos y acompañarnos” resaltó.

En esa línea, agregó que, “cuando uno está sufriendo, a veces, las expresiones de dolor y las cosas que salen de uno no pueden abrirse a todo el mundo. Tenemos que respetarnos y saber abrazarnos por el grupo”.

Sobre ella misma, contó que hasta los 26 años vivió en Capital Federal, momento en que su marido falleció en un asalto: “Teníamos un negocio en Palermo y mi primera reacción fue la de huir. Mi papá era de Coronel Pringles y yo viajaba regularmente, así que mi primera reacción fue instalarme en esa ciudad con mi beba de un año” repasó, agregando que “estaba en una situación muy fea” porque no sabía qué hacer ni sabía cómo adaptarse: “Un día me tocaron la puerta y era una señora que me invitó a un grupo. A mí me daba lo mismo todo y fui porque por escuchar un poco más no perdía nada. A veces en el deseo de ayudar y acompañar los demás no se dan cuenta de que sólo necesitás que estén” dijo, agregando que se unió al grupo en la Parroquia de Pringles en 2001, lo cual describió como difícil por el cierre que uno generó ante las situaciones vividas: “Fueron casi seis meses, no recuerdo, hasta que pude abrirme, pero fue una experiencia rica en muchos aspectos, porque volví a tener muertes cercanas traumáticas en mi vida, o situaciones de enfermedad en la familia, y esa caja de herramientas que el grupo me dio sigue sirviendo”.

Consultada respecto del espacio, Izarra contó que fue creado -el grupo Resurrección- por el padre Mateo Bautista de la Congregación de San Camilo, un Cura español que viaja mucho y entre sus destinos llegó a Coronel Pringles, donde armó el espacio en el año 1999: “Somos de los primeros grupos de Argentina” marcó; mientras que agregó que en 2010 comenzó ella a coordinar los grupos conjuntamente con una compañera.

Aseguró por su parte que está “muy contenta” de poder llegar a Coronel Suárez y recordó que en 2022 abrió una Pastoral en Tres Arroyos: “El duelo es un proceso. Tenemos toda la vida llena de pérdidas, pero a veces hay duelos que nos traspasan, no podemos solos y está bueno poder decirlo”.  

Señaló en ese punto que “hay herramientas para hacer el proceso de manera sana, sabiendo que todo el ser no es sólo una mente y un cuerpo, sino un todo que hay que trabajar”.

Consultada sobre experiencias recogidas a través de los años, Zazu Izarra mencionó frases que son dolorosas para quienes están atravesando un duelo, tales como “es un angelito” o “Dios lo quiso así”. Sobre eso expresó: “Estamos acá para ser felices. En algún momento nos vamos a morir y ahí sí va a estar Dios para recibirnos. Pero somos humanos y hay cosas que suceden, como los accidentes o enfermedades. Es parte de la Humanidad, de la vida y de la muerte”.

Sí explicó que, en los casos de personas cercanas atravesando un duelo, lo mejor que uno puede hacer es estar y acompañar: “No hay que decir nada, sólo tender la mano y escuchar, porque al principio lo único que uno quiere es llorar y volver a repetir la historia, porque las escenas traumáticas que todos pasamos en el duelo quedan en la retina”.

Contó que a ella la llamó el Padre Guidobaldi para consultarle respecto del Pastoral y ese fue el primer paso para dar inicio a la posibilidad de que exista este espacio en Suárez: “La gente que va al grupo está herida. No se puede tocar el alma de una persona si uno no tiene herramientas para hacerlo, por eso todos nos capacitamos para guiar y acompañar” cerró.